Los Propósitos Modelo 2012

Enfrentémoslo, ya el año está a punto de acabar y lo que no hicimos en los 11 meses anteriores, será difícil que lo cumplamos a estas alturas del paseo. Lo único que nos queda es aplicar la frase de relájese y disfrútelo (Refiriéndose a las festividades de fin de año). Y pensándolo bien no es bueno mirar atrás a menos que estemos dispuestos a aprender de nuestros errores con el fin de no repetirlos en el futuro, de lo contrario sigamos adelante y dejemos el pasado en un lugar estratégicamente ubicado al lado del muñeco de año viejo.

Así como algunos realizan el balance de lo fue, otros hacemos las promesas de lo que será, o por lo menos de los que queremos sea, por ejemplo: Para sentirnos menos pesados con todo lo que comemos en Diciembre, siempre ponemos en uno de los primeros lugares de nuestra lista de propósitos, un Ítem dedicado a la dieta, así que gracias al sentimiento de culpa los gimnasios hacen su Agosto en Enero.

Tengo claro que para el 2012, iniciaré con una serie de metas pequeñas pero significativas porque son el comienzo de grandes cambios y simplemente buscaré vivir la vida que quiero y merezco.

Espero nunca volverme políticamente correcta, lo cual es una equivalencia a ser medio aburrida y complaciente. Para el año que viene, mi ambición es quedar calva completamente calva y que se me caiga el último pelo que me quedaba en la lengua. Prefiero la neurosis a un aneurisma…

Quiero aprender a ser ordenada y que por primera vez en mi vida me quede la cama bien tendida sin ninguna arruga. Ser de esas que clasifican la ropa por colores o estilos, pero no porque quiera convertirme en maniática, sino porque el orden de mi closet será un reflejo del orden en mis ideas, pues hasta los pensamientos más locos deben tener una dosis de coherencia. (Y le doy gracias al amigo en el camino que me enseño esto).

Me gustaría explorar el territorio inhóspito, lleno de ingredientes y cuchillos llamado cocina, al que por mucho tiempo le temí y que disfrazada de ejecutiva extrema me rehusé a pisar. (Mi mamá dice que nunca fue liberación femenina sino física pereza). Voy aprender a cocinar, pues si le puedo poner una pizca de sabor a la vida a través de la palabra escrita, también aprenderé a hacerlo por medio de una olla, verduras y un pollo.

Hasta el momento no he podido con los tacones y quisiera aprender a manejarlos, como una muestra de conciliación con mi lado femenino. Busco trabajar menos y sonreír más, desde ya no perderé oportunidad en decirle a los que quiero, que los quiero!, también deseo tener otro gato ( Con un felino ya eres beata, con dos te pueden postular para bruja o loca), y como penúltima aspiración quiero ser más amiga de mi bolsillo y menos cómplice de mi tarjeta de crédito …

Todavía quedan unos días más, que pueden ser usados para proyectarse mucho o simplemente para no pensar en nada y aunque el año no acaba aun, desde ya me coloco los cucos amarillos con la esperanza de que por lo menos un 70% de mis promesas se cumplan... Y mientras disfruto un delicioso postre helado, me digo a mi misma: "La dieta la empezaré en Enero".

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Imágenes: Corbis

Sobre mi Estado Civil

Mamá, así tenga pareja, no voy a cambiar mi estado en Facebook, no me importa si piensan que soy solterona…

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El día en que decidí quitarme las botas

Alguna vez cuando pegaba las partes de mi corazón roto, decidí que la mejor forma de evitar cualquier fractura o lesión de tipo amoroso, era protegiéndome del mundo, a través de un disfraz de súper heroína en donde mis mayores poderes fueran una lengua ácida y un par de botas, las cuales ejercían funciones de guantes, para estar a la defensiva a cuanto personaje raro intentara acercarse, independiente si tenía buenas o malas intenciones. Este calzado mágico también era muy efectivo haciendo el papel de ancla, pues en el preciso instante que quisiera empezar a flotar, el peso de estas, me recordaba que los pies siempre debían estar sobre la tierra.

Pero basados en la transitoriedad, en que nada es para siempre y que un día pensamos así y otro día aza, una serie de situaciones previas me hicieron reflexionar sobre las cosas que me estaban bloqueando, por encontrarme atada a unas ideas rígidas que me hacían daño y se hallaban personificadas en un par de zapatos.

Y justo cuando había tomado la decisión de graduarme de arquitecta especialista en construcción de muralla chinas, como un golpe que no esperas, la vida te hace encontrarte con lo que más temes… Y es que se aparezca ante a ti una persona que te mueva el piso, que te cause tantas maripositas en el estomago que no te sirva ninguna Buscapina, sacando un lado tierno el cual creías extinguido en la fauna de emociones perturbadoras. En donde se vuelven mas fuertes las ganas de seguir en esta cosa loca, que el miedo alimentado durante varios años.

No lo niego, y confieso que las dudas me asaltan a cada momento, al pensar que la experiencia pueda terminar con dolor, apegos y sufrimiento, lo cual es una de las posibilidades pues todavía no he sanado completamente y a veces agazapada en la oscuridad se encuentra la parte resentida que compone mi confuso Yo. Pero también tengo momentos de lucidez y empiezo a comprender que soy dueña de mi destino, que por eso digo y elijo que no me interesa hacer sufrir a nadie, que por el contrario quiero vivir en estado de gozo y al tiempo hacer feliz a la persona que llegue a estar conmigo, independiente si esta maravillosa sensación dura solo unos instantes o casi una eternidad.

Por eso un día decidí quitarme las botas, para salir corriendo detrás de ese alguien. Y fue entonces cuando me di cuenta, de todas las cosas que me había estado perdiendo.

Y en ese momento sin el peso de ningún dolor o remordimiento…Empecé a volar.

La Soltera Sin el peso de las Botas

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La señora de los tintos

Basado en un caso de la vida real… (Y no diré mentiras, declarando que esto le pasó a la amiga de una amiga, cuando es obvio que me sucedió a mí)

Esto ocurrió en uno de estos días, cuando el cielo amanece con ganas de lluvia y en donde uno expresa en voz alta: Mataría por una bebida caliente, luego como enviada por el destino para calmar mis ganas de café por la mañana, llega Lady Diana con una tacita caliente y humeante. Pero esta particular señora, no solo me trajo el tinto sino que la bebida estuvo acompañada de su curiosidad, pues me pregunta: Señorita, Usted por qué tan bonita, tan inteligente y estudiada no tiene marido?

Creo que me demoré mucho en responderle, tal vez pensando en una respuesta perspicaz, o en su inocente intromisión y aunque la pregunta fue directa, divagué un poco y lo único que supe decir: Es que yo soy bastante complicada y demasiado independiente. Una respuesta tan cliché pues siempre dicen tantas cosas de las mujeres complejas. Pero a pesar de ser mi contestación por salir del paso, tenía un gran contenido de verdad, ya que mi soltería más allá de considerarse peliaguda, se resume en una suma de variables, entorno, autosuficiencia y una que otra dosis de traumas.

Creo que debería acostumbrarme a este tipo de preguntas, pues no es la primera ni la única vez que alguien las hará, mientras siga soltera y sigan corriendo los años, seré más beata, o más zunga o más lesbiana, o la suma de todo que se resume en rara, lo mejor es seguir untándome de mantequilla para que todo me resbale, pero también debo entender a los que no me entienden y a las personas que no piensan igual que yo. Pero eso sí, yo no le pregunto a nadie por las decisiones que toman en sus vida.

…Y antes que ponerme a darle explicaciones la señora de los tintos, sobre por qué decidí esto o lo otro, o reprenderla sobre lo chismosa que fue, simplemente preferí reírme y tomarme un sorbo de su exquisito Café…

Nota: Lady Diana, te quiero mucho y me consientes, no es nada personal

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UNA VIDA PARALELA

En algunos momentos de mi vida en donde tuve que tomar una decisión decisiva (Valga la redundancia), por obvias razones de causa y efecto se generaron una serie de eventos que surgieron a partir del camino que tomé, convirtiéndome en lo que soy y tengo ahora (Lo cual me encanta). Y Aunque nunca me he arrepentido de nada, A veces me pregunto cómo sería mi vida si hubiera hecho esto en vez de aquello.

Que hubiera pasado si me hubiera casado a los 16 años con mi traumático y doloroso primer amor, o si me dedicara a la música en vez de haber ejercido la publicidad, si no me hubiera hecho el primer tatuaje (Pues luego siguieron dos más), Si estuviera viviendo todavía en Cartagena por quedarme con el que fue mi novio en ese tiempo…

Me gustaría ver esas imágenes inéditas de lo que nunca fue, en mi vida, como una simple espectadora que observa una película, solo por la curiosidad propia de los humanos… aunque tal vez al otro lado del espejo se encuentre un alter ego que se haga llamar Casada y de tacones escribiendo sobre la vida paralela de una Soltera Debotas.

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