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Si la venganza es un plato que se come frío, será que es algo parecido al sushi?
No niego que sea satisfactorio encontrarse después de mucho tiempo con alguien que te aporreó el corazón y que se sorprenda por que te vio muy bien en todos los mentes (Física, mental, espiritual y material), pues a pesar del duro golpe quedaste viva para contarlo… Y como postre no quedando contenta con eso, la mejor parte es cuando después te das el lujo de hacerle el desplante al iluso que creyó que podrían revivir viejos tiempos. (Porque muchos hombres todavía creen que en donde hubo fuego cenizas quedan… como si todavía cocináramos con leña !).
La otra cara es que también ese plato de dulce vendeta, llamado alimento de dioses (Que verracos más biliosos) también contiene pequeñas dosis de cianuro, generados por la ira, el resentimiento pero sobre todo por el hecho de no haber perdonado. En donde creemos erróneamente que le vamos hacer daño al otro, a sabiendas que el veneno lo tenemos nosotros adentro. Porque luego de finalizar el juego de poderes, de pavonearse con otra pareja o de romperle todos los calzoncillos, el dolor sigue ahí y la venganza no te alcanza para calmar el hambre que tiene tu corazón.
Es difícil no dejarse tentar por el placer de una revancha, pues es tan provocativa como el más fino chocolate, con muchisisisima voluntad estoy tratando de hacer una dieta rigurosa porque tiendo a ser combativa. Pero a punta de golpes y a través del tiempo me he dado cuenta que en juego largo hay desquite o como dicen en el campo: “Arrieros somos y en el camino nos encontramos”. Ya que a veces sin necesidad de mover un dedo, todo se confabula para que tú puedas tener tu resarcimiento. Y esto resulta cuando ese sujeto ya no te produce ni amor, ni dolor u odio, sino la más insignificante de las indiferencias.
No puede haber golpe más grande al Ego de una persona que el olvido. Esa para mi es la mejor venganza.
“La venganza nunca es buena mata el alma y la envenena”
El Chavo del Ocho
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