Un
día decidí seguir adelante, levantar la cabeza y alejarme de todo lo que me
recordara a ti. Porque sabía, que a
pesar de los muchos instantes bonitos que vivimos, tenían mayor peso aquellas
actitudes tuyas que me hacían daño, y que de forma no tan graciosa yo les llamaba “las chiripiorcas”. Te quise mucho, pero más me quiero a mi misma.
Me
obsesioné en sanar rápidamente mis heridas
y quise conseguir una armadura medieval, más un kit de costura que
incluía parches, agujas e hilo para remendar mi corazón roto, pero luego
entendí el significado de la famosa publicidad de una tarjeta de crédito, que
hay cosas que el dinero no puede comprar, para todo lo demás existe …el tiempo.
A
veces cuando hace frío, me hacen falta los arrunchis de esos fines de semana
juntos, pero en otras ocasiones me vienen a la mente las discusiones de cuando
adoptabas cierta pose existencial, en la que yo terminaba diciéndote: Y tú quien te crees, Hamlet? …Pero bueno, lo importante es que cada vez te
pienso menos.
Me
fui de viaje muy lejos a recargar energía, me refugié en el trabajo que por
cierto es mucho, robustecí mi parte espiritual, además tuve la fortuna de
contar con unas amiguis maravillosas que siempre estuvieron allí.
Y
simplemente una mañana de aquellas, me levanté sintiéndome fuerte, mi sonrisa
volvió a ser la de antes, pensé que mi mundo se reconstruía y que sobre las
ruinas de mi despecho, aparecía un futuro extraordinario.
Pero
no sé, qué bicho te picó, ni porque después de tantos meses empezaste a
buscarme, si tú mismo insististe en tomar distancia, por tanto yo respeté tu
decisión y seguí mi camino, pues seré de todo, menos intensa. Soy lo bastante inteligente como para no
quedarme en un sitio en donde no me quieren.
Me
confunden tus mensajes, pues a pesar de
mi aparente dureza y aunque el 95% de mí, dice una cosa, la otra pequeña parte
restante siente que te extraña ( No soy de palo). Al mismo tiempo me saca la piedra ver el
sancocho de emociones que se están produciendo en mi. Quisiera tenerte en
frente y decirte unas cuantas verdades, porque no tuvimos el espacio para
cerrar el ciclo, pero así mismo, siento miedo de ceder a la nostalgia y caer como
una estúpida.
Le
doy demasiados giros al asunto y luego de pensar y re-pensar, concluyo que
prefiero estar sola pero tranquila y eso vale más, que tener a alguien al lado
que me haga infeliz. Como música de
fondo suena una canción de Adele (Que
por cierto me pega) y con una mezcla de guayabo pero llena de valentía, decido
dar la vuelta a la página, porque no me interesa correr el riesgo de volver a
lo mismo que alguna vez me hizo daño, como un fantasma del pasado, te despido
de mi vida… Sin mirar atrás.
@SolteraDeBotas
www.facebook.com/SolterasDebotas
Imagen:
Corazón Vladdo, Corbis