martes, 5 de junio de 2012

Nos gusta lo que nos hace daño


Está dedicado la comida… Sobre que pensabas que iba a escribir ?



Aunque todavía soy muuuy joven y estoy en la mejor época de la vida que son los treintas, no puedo negar que hay cosas que antes hacia y que ahora mi cuerpo ya no resiste.  (Ojo no me refiero a posturas sexuales). Lo digo porque tengo ligeras diferencias con algunas partes de mi aparato digestivo, por ejemplo a mí me gusta la comida chatarra,  pero mi colon es demasiado refinado para tolerarlo.  Otro de mis hábitos sedentarios era el tomar tinto en grandes cantidades por aquello del frio y de mantenerme activa, acompañándolo con una deliciosa barra de chocolate.   Pero en días pasados mi organismo se convirtió en una bomba y fue entonces cuando mi cuerpo exclamó: “O paras o te va a ir muy mal”.  No quisiera recordar el malestar y la molestia que sentí, estar enfermo es desagradable porque uno se encuentra débil e impotente, fue tan horrible que ni siquiera le deseo ese dolor a mi primer novio.                                                  

Y el cuento no acaba solamente tomándome juiciosa las medicinas para esperar pacientemente mi mejoría, era lo que vendría después, ya que lo que más duro fueron las palabras del Médico (Que no eran nuevas para mí) “Debes empezar a cuidar tu alimentación, comer sano, eliminar el café, los chocolates, las hamburguesas"… Mejor dicho luego de aquella conversación, el dictamen era que solo podría comer alpiste, lechuga y cereal.   El hecho de imaginarme una vida sin mi tinto en las mañanas, mi postrecito después de almuerzo, o las noches de queso con vino fue traumático para mí, e inevitablemente me puse a filosofar y comparé la comida chatarra con una relación dañina.

La torta de chocolate se parece tanto a esas personas que son deliciosas, empalagosamente encantadoras y que mientras más capas de dulce veneno saboreas, más son los deseos de comerla, pero obviamente sabemos que el exceso traerá una diarrea segura,  la fuerza de voluntad de putas hace que no paremos a tiempo, por eso viene el dolor de estomago e indiscutible el del corazón. Al igual que con la comida hay cosas que no podremos tragar y tarde o temprano sufriremos de indigestión. Ese fuego que nos causa un individuo pesado no se calma con laxantes.

Si fuera por mí, elegiría un perro caliente en vez de verduras, pero sé que terminaría enferma.  Así mismo en temas de sentimientos es mejor pensar a largo plazo por el bien de nuestra salud… emocional.  Si hay una persona que nos encanta, pero tiene comportamientos nada sanos, debemos tener fuerza de voluntad y escoger la ensalada.  (Claro que el chorizo grasocito una vez al año no hace daño)

No niego que extraño los mecatos, los carbohidratos y el frito,  pero afortunadamente  existen alimentos saludables y que no son tan aburridos como uno podría creer cuando le mandan una dieta. No hay que ser extremistas pensando que tooodo lo rico es lo que nos cae mal.   Aunque todavía no me lo crea y esto sea un pajazo mental,  siempre habrá opciones buenas y sobre todo sanas… Podemos vivir sin el azúcar y sin los hombres que nos causan diabetes. 

@SolteraDeBotas                                                                                         www.facebook.com/SolterasDeBotas

Imagen: Corbis

2 comentarios:

  1. je je je , que vivan las fritangas carajo , las empanadas, las papas rellenas , las marranitas y los aborrajados

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